Management: replantearse las diferencias entre generaciones, sin estereotipos ni prejuicios
En línea en miércoles 04, junio 2025
Actualizado el miércoles 04 junio 2025
Cuatro generaciones conviven hoy en el trabajo: los baby boomers, la generación X, la Y y la Z. Aunque tienen expectativas diferentes, más allá de los clichés, comparten muchos puntos en común, según Elodie Gentina, doctora en Ciencias de la Gestión y profesora en la IESEG School of Management. Coautora de El reto del management intergeneracional, explica cómo las empresas pueden —y deben— fomentar la colaboración entre generaciones. Esto pasa, entre otras cosas, por el care management, explica.
Existen muchos estereotipos generacionales en la empresa, cuando en realidad los empleados, independientemente de su edad, coinciden en lo esencial.
Efectivamente, esa es la limitación de clasificar a las generaciones en términos generalistas. No se puede decir que todos los Z (nacidos entre 1995 y 2010) representan una clase homogénea. Por ejemplo, hay diferencias culturales importantes entre quienes fueron a la universidad y quienes dejaron los estudios temprano.
Del mismo modo, decir que los Y son infieles a la empresa o que los baby boomers son reacios a la tecnología y solo esperan la jubilación es reduccionista. No significa que no haya diferencias entre un baby boomer y un Z, pero para tener una visión más matizada de la realidad, también —¿o sobre todo?— hay que centrarse en lo que tienen en común.
Concretamente, ¿qué comparten estas diferentes generaciones?
Quieren encontrar sentido en su trabajo, sentirse útiles para la sociedad y seguir aprendiendo a lo largo de su carrera. Por eso es importante que las empresas desarrollen más la formación en todas las edades.
También deben apostar más por el social learning para fomentar el intercambio de competencias y conocimientos entre empleados. Los más jóvenes pueden compartir su conocimiento de herramientas digitales, y los mayores, su experiencia práctica y el funcionamiento interno de la empresa.
Y por supuesto, deben fomentar el management intergeneracional para aprovechar las fortalezas del colectivo.
¿Cómo se traduce esta forma de management?
El management intergeneracional tiene en cuenta las especificidades de todos los empleados. Consiste en aceptar las diferencias entre generaciones y entre individuos —sin estereotipos ni prejuicios— para favorecer la inclusión y la cohesión del equipo.
Por ejemplo, un estudio reciente mostró un importante retroceso en la lectura entre los jóvenes. En lugar de escandalizarse, hay que adaptar los modos de comunicación a estos nuevos hábitos. Así, los Z serán más receptivos a escuchar un pódcast o ver un vídeo que a leer un libro.
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¿Qué otras diferencias deben tenerse en cuenta en el management intergeneracional?
Los miembros de la generación Z suelen tener una relación diferente con la autoridad. Esperan que su manager sea empático, comprensivo y que les ayude a desarrollar sus soft skills. También buscan relaciones sociales sólidas. Su hiperconectividad —real, en este caso— no debe ocultar su necesidad de interacción humana. A diferencia de los Y, que valoran mucho el teletrabajo, los Z prefieren acudir a la oficina, para adquirir competencias y relacionarse. Eso sí, quieren más flexibilidad en la organización de su jornada. Aún más que las generaciones anteriores, el equilibrio entre vida personal y profesional es clave.
El management intergeneracional busca aceptar estas diferencias en lugar de imponer una única manera de trabajar para todos.
La necesidad de reforzar la cohesión del equipo en la empresa.
El management intergeneracional busca precisamente crear vínculos entre los empleados. Esto se logra a través de proyectos colaborativos que aprovechan las competencias de cada uno, para fomentar la innovación y la creatividad.
¿Puede el management intergeneracional hacer a las empresas más atractivas?
Puede contribuir, pero no es lo único que importa. La marca empleadora es otro elemento muy importante. Antes de postular, los candidatos —y especialmente los jóvenes— investigan lo que se dice de una empresa. Quieren asegurarse de que los valores proclamados se corresponden con la realidad del management. También valoran que haya programas de mentoría, una política clara de Responsabilidad social corporativa, o incluso la posibilidad de trabajar en paralelo para una asociación. Son muchos factores, pero las empresas no tienen más opción que adaptarse si quieren atraer a los mejores talentos.